lunes, 20 de septiembre de 2010


Un intenso olor a chocolate inunda la habitación, es el perfume de una nueva vela que sin quererlo refleja debilidad en su llama, temblorosa y centelleante, ardiente y tan suave a la vista, su aroma se confunde con el aliento de una caliente taza de té que atrevida deja escapar un suspiro, y en toda la casa se oye la lluvia que hoy cae con fuerza, cae feliz, ese hermoso ruido es anestesiado con una de las bellas composiciones de Yiruma.

El ambiente de la que hoy es dueña la pequeña estancia acompaña miles de sentimientos que se debaten en mi interior, miles de sueños y alguna que otra obsesión, las cuales necesito para seguir viviendo.

Sin motivo alguno o con varios motivos empiezo de nuevo el blog, igual que he empezado el curso, igual que todo en esta vida empieza, cambia, vive, acaba y a la vez nunca igual que nada.